LA DINAMITA-COMETA


Nueva Estocolmo, Isla Escandinavia, 1866. En un descuidado y oscuro almacén un joven ingeniero de 33 años trabaja febrilmente. Ha combinado trozos del extraño material llovido del cielo con cristales de silicio... Y algún que otro elemento. Cree que con la aleación de proporciones correctas puede obtener un compuesto calórico más potente que el carbón; sería un descubrimiento que haría dar un salto cualitativo a las máquinas a vapor, tanto en potencia como en rendimiento. Lleva meses probando combinaciones sin éxito, pero sabe que está cerca. El proyecto le está llevando a la extenuación. Exhausto, después de 48 horas seguidas de trabajo, decide darse unos momentos de descanso. 
Abandona el almacén en busca de algo de comida en la taberna que hay al otro lado de la calle, sin darse cuenta que deja unos fogones de ensayo encendidos, con una muestra calentándose... en demasía. Cuando el joven está a punto de entrar en la taberna la onda expansiva de una fuerte explosión lo tira al suelo. El origen de la explosión: su laboratorio, que ha dejado de existir, y en donde sólo queda un cráter de 20 metros de diámetro. El joven ha salvado la vida de milagro. Su nombre: Alfred Nobel. Acaba de inventar la dinamita-cometa.

Tono: Luminoso