El Imperio Otomano
llevaba tiempo con una serie de reformas para modernizarse que les llevó a
hipotecarse y ser acosados por una gran deuda externa contraída con otros
países europeos. Estos utilizaban esa deuda para cometer diversas
injerencias en la política del sultán, los gastos extras derivados por la
guerra de Crimea empeoraron aun más la situación. Mientras que franceses,
británicos, alemanes e italianos presionaban en lo político, Rusia amenazaba
con lo militar exigiendo la independencia de los Balcanes. El Imperio Otomano
empezó a ser conocido en los círculos diplomáticos como “El hombre enfermo de
Europa”.
Con la Anegación todo
cambió:
La Anegación afectó a
Rusia de manera especialmente dolorosa y dejó de ser una amenaza cercana y
poderosa, y aunque el Imperio Otomano perdió parte de su territorio, como todo
el mundo, perdió bastante menos que la mayoría de países europeos,
quedando mucho menos debilitado.
Si bien el Sultán
Abdülaziz I era una figura débil, en medio de ese caos la figura del visir
Mehmed Emin Aali Pashá se alzó como ninguna otra. Aprovechando la debilidad de todos los países y
el caos creado durante la Anegación se negó a pagar la deuda externa, y
nacionalizó la poca industria superviviente que estaba en manos de capital
extranjero, consciente que ningún país se embarcaría en ningún tipo de
conflicto contra ellos en ese momento.
Por otro lado las
revueltas religiosas creadas a raíz de la caída del Islam, y la declaración de independencia de Túnez hizo que sonaran todas las alarmas en el Imperio, que afrontaba un verdadero riesgo de desintegración. Ese estado de alarma permitió al visir
establecer una alianza con un grupo reformista llamado los Jóvenes Otomanos formado por militares, y en concreto con su jovencísimo líder Resat Efendi, que ante la gravedad de la situación apoyaron al visir
ante medidas muy duras para reprimir las revueltas, a cambio de que una vez superados los conflictos se redactara una nueva constitución. El visir aceptó y el ejército reprimió
duramente varias revueltas, sobretodo en Egipto y Bulgaria.
Una vez estabilizado el imperio en 1875, en la nueva capital Ankara, Abdülaziz I se veía obligado a abdicar (y se suicidaba aparentemente) mediante la rebelión protagonizada por los Jóvenes Otomanos y el visir. Coronaron como Sultan a Mehmed V, (debido a la negativa de Abdul Hamid de ser Sultan sin poder absoluto) y se anunciaron reformas para convertir el imperio en un Sultanato Parlamentario. La democracia llegaba al Imperio Otomano, apoyada por unas reformas económicas previas y una administración fuerte, y con un poder eclesiástico dividido y herido de muerte, nació con poca oposición, y aquellos que protestaban empezaron a aparecer muertos en extrañas circunstancias, entre ellos Abdul Hamid. Por supuesto Mehmed Pashá ganó las primeras elecciones como Visir del Sultanato y Resat Efendi consiguió un puesto importante en la administración como mano derecha del Visir.
Resat Efendi |
Por otro lado la economía
explotó a base de exportar materias primas que de nuevo se necesitaban en el
proceso de reconstrucción de otros países. El visir aprovechó para fomentar un
gran plan industrial aprovechando la tecnología nacionalizada y el buen momento
económico, modernizando el país de forma rápida.
A medida que el mundo
recuperaba la normalidad, los antiguos acreedores del Imperio se volvieron a
presentar, y el visir Mehmet Pashá negoció duramente una refinanciación y quitas, que no tuvieron más remedio que
ser aceptadas por la mayoría de países (cuando no se negaba directamente)
La creación de Nueva
Germania, reavivó viejas tensiones entre el Imperio Otomano y Austria-Hungría y empezó de nuevo una agria rivalidad por influir en los balcanes y la reclamación que hizo esgrimiendo la
deuda que el Imperio tenía con la antigua confederación Alemana empezó a generar
un problema diplomático serio.