LA GUERRA CIVIL RUSA


Evento del periodo:

La Guerra de Alaska fue cruel y sangrienta. La baja población inicial de americanos en Alaska permitió a los rusos una invasión rápida. Pero una vez se movilizaron las fuerzas de los Estados Unidos se equilibró la balanza. La inexperiencia militar de muchos mandos rusos destacados en la revolución, y el retraso tecnológico respecto a los americanos provocó que muchos rusos murieran, sobre todo gracias a unos ingenios mecánicos a vapor llamados Smokeys V. Sólo la falta de suministros de  los Estados Unidos acabó inclinando la guerra  a favor de los rusos.
Pero el descontento por el elevado número de muertes se unió a otros que estaban latentes en Rusia: la lentitud transformadora del nuevo régimen, los nostálgicos del Zar, el retraso tecnológico y varios escándalos de corrupción política. Todo ello propició la Restauración Aristocrática.

Igor Davidovich
Muchas familias aristocráticas y militares abandonaron Rusia después del asesinato del zar con destinos diversos. Entre ellos el Barón yakuto Igor Davidovich Lokhvitskiy. Davidovich viajó por Suecia, España, Turquia y Nueva Germania, volviéndose un entusiasta de la tecnología y de los diversos usos que se le estaban dando a la piedra cometa. Davidovich  seguía de cerca también el día a día de sus antiguos dominios en Yakutia, y como las nuevas especies vegetales habían mejorado las condiciones de vida de Siberia, y el malestar reinante por la guerra de Alaska.
Shelkovnikov Martirosovich
Por otro lado antiguos generales aristócratas exiliados encabezados por Shelkovnikov Beybut Martirosovich se reunían y empezaban a trabajar en un plan de restauración patrocinado por La Compañía Británica de las Indias Orientales y Nueva Germania. La Compañía con la intención de conseguir un aliado en al norte del Reino Celestial de la Gran Paz  y Nueva Germania por que la nueva casa real Hohenzollern-Habsburg temía que otra nueva República generara un movimiento similar en Nueva Germania.
Martirosovich y Davidovich coincidieron y asumieron el mando de la contrarevolución planificando una serie de desembarcos encabezado cada uno de ellos por los depuestos aristócratas  de cada zona para recabar apoyos entre los nostálgicos y descontentos. Pese a que coincidían en la necesidad de una restauración Martirosovich quería mantener la línea sucesoria y proclamar a Alejandro Alexandrovich hijo del difunto Zar Alejandro II, mientras que Davidovich apostaba por Michael Nikolaevich el hermano de Alejandro II con una ideas mucho más reformistas que Alejandro  y que no estaba consumido por el odio y rencor hacia los revolucionarios. Como no lograron ponerse de acuerdo decidieron discutirlo una vez ganada la guerra con los nobles que les apoyaran.
Martirosovich desembarcó en 1876 cerca de Chelyabinsk con la intención de dirigir un ejército a Ekaterinburgo (la nueva capital Rusa tras el hundimiento de Moscú) y Davidovich Lokhvitskiy volvió a Yakutia donde mantenía un buen número de fieles. En ese momento empezó la Guerra Civil Rusa donde los Aristócratas asumieron el color rojo como emblema y los Republicanos el blanco.
La guerra no debía durar demasiado. Los aristócratas influidos por Davidovich se habían modernizado y había un descontento generalizado por la guerra de Alaska, así que mucha gente decidió no defender la república. En medio del asedio de Martirosovich a Ekaterinburgo  proclamó unilateralmente como Zar a Alejandro III, pensando que nadie se atrevería a discutirlo más adelante, pero se equivocó.
Muchos de los aristócratas al enterarse se enfurecieron, el que más Igor Davidovich Lokhvitskiy  que había conseguido casi el dominio total de yakutia, y en Yakuts se proclamó Gran Duque del nuevo Ducado independiente de Sakha. Tras la proclamación de Davidovich otros aristócratas se rebelaron y nombraron Grandes Duques de sus respectivos territorios: Azerbayan, Ucrania, Finlandia, Polonia, Minsk, Krasnoyarks y Alaska-Jabarosk.   
Una vez conquistada Ekaterinburgo las fuerzas de Martirosovich se enfrentaron con las de Davidovich en varias escaramuzas con resultados inciertos. Martirosovich se dio cuenta que iniciar una guerra nueva de conquista era un suicidio y un desastre seguro para Rusia y convenció a Alejandro III por dejar pasar algo de tiempo y tratar de dar una oportunidad a la diplomacia.