LA REVOLUCIÓN RUSA DE 1869

Evento del periodo:

Alejandro II
En 1867 E.E.U.U. había comprado por un precio bajísimo a Rusia el territorio de Alaska. Rápidamente se convirtió en el escenario americano de la avalancha en busca de las minas de oro. Pero duró poco tiempo. 
La anegación global del planeta provocó que la mayor parte de la extensión de Rusia quedase bajo las aguas. Alejandro II, zar de Rusia por aquel entonces, era consciente que para restablecer su poder en Europa debía desarrollar los recursos naturales de su país. Pero al haber perdido Rusia tanta superficie útil, Alejandro II, alentado por la opinión pública quiso ejercer unos inexistentes derechos de recompra sobre los terrenos de Alaska a los E.E.U.U. De alguna manera, Rusia quería recuperar la extensión de tierra perdida, pero los americanos renunciaron a negociar con su nuevo terreno, que ya empezaba a dar sus frutos en forma de oro. El zar de siempre había mostrado poco interés personal en los asuntos militares, por lo que no se planteaba una guerra abierta para recuperar Alaska. 
Los aires de revolución que corrían por Rusia no se hicieron esperar más; la negativa de Alejandro a declarar la guerra abierta a los Estados Unidos del norte fue su sentencia de muerte. Una plácida mañana de marzo de 1869 un grupo de revolucionarios consiguió entrar en el jardín de primavera del palacio del zar en Ekaterinburgo y asesinar a Alejandro. A partir de ese momento, los hechos se desencadenaron rápidamente: En lo que la historia llamaría ‘los diez días de hielo y fuego’ El pueblo ruso se levantó en armas contra el poder absolutista zarista y en menos de dos cruentas semanas consiguieron asaltar el palacio del zar, doblegar al sucesor de Alejandro y abolir el régimen zarista. Se promovió la creación de un parlamento electivo o Duma apoyado por el pueblo cuya primera decisión fue tomar de nuevo las armas contra los Estados Unidos del norte para recuperar lo que un día había sido suyo… Alaska. Durante los siguientes años se llevaría a cabo una cruenta guerra que sesgaría cientos de almas en ambos bandos. Fue llamada por el pueblo ruso ‘Milenka trasoika’ que podríamos traducir como ‘la roja vuelta a casa de la hija perdida’…