LOS GORILAS INTELIGENTES DE LUBA


Evento del periodo: 

La lluvia del dia anterior había embarrado gran parte del suelo de las montañas de Sunkuru. Pese a ser molesto para caminar y avanzar la verdad es que facilitaba la tarea de Quatermain pues gracias al terreno húmedo encontró un rastro fresco y reciente de pisadas humanas... por fin habían encontrado a John Kira, le hizo un gesto a Mathew Kirk indicándole el rastro.

Allan Quatermain
Mathew Kirk contuvo la respiración, por fin parecía haber encontrado a su padre. El Dr. Kirk fue sorprendido por la caída del cometa en medio de África, cerca del Lago Tangayika, y no se supo de él nada en más de 15 años. Todo el mundo pensó que habría muerto. Pero Mathew en 1881 se encontró en New London a un viejo conocido que aseguraba haber oído historias sobre un hombre blanco en las montañas de Sunkuru y le daba toda la impresión de que podían hablar de John Kirk, por la descripción que hacían de él y algunos hábitos curiosos del naturalista. Al oír eso Mathew  recordó la promesa que le hizo a su madre y se fue a buscarlo. Para ello contrató a un viejo cazador y explorador, un tal Quatermain, al parecer toda una leyenda en África. No se equivocó confiando en ese hombre, fue una dura expedición pero todo indicaba que en breves momentos estaría con su padre.

Dejaron a los porteadores descansando y empezaron a subir el pequeño sendero que seguían las huellas. Al cabo de poco, Quatermain paró a Mathew, junto a las huellas de hombre aparecieron otras, las huellas de al menos cuatro gorilas! Le indicó a su patrón que esas bestias podían despedazarle con las manos si se sentían amenazadas y que si se las encontraban, sobretodo no entrara en el círculo que mantienen. Mathew apenas escuchaba, solo quería avanzar para ver de nuevo a su padre.

Avanzaron algunas decenas de metros más y escucharon una voz humana. Mathew reconoció a su padre y empezó a correr hacia la voz sin pensárselo dos veces, Quatermain avanzaba satisfecho detrás hasta que vio a su derecha como se escabullía una enorme gorila hembra. ¡Mathew iba a entrar en un círculo de gorilas!   Quatermain empezo a correr tras su cliente desesperadamente tratando de no hacer demasiado ruido, cuando estuvo cerca le susurró que parara pero Mathew no escuchaba nada, así que tuvo que agarrarle, con tan mala fortuna que se desequilibraron y empezaron a rodar colina abajo ¡directamente hacia el círculo de los gorilas! Cuando sus cuerpos pararon de rodar Allan cogío su fusil dispuesto a vender cara su piel, y a punto estuvo de dispararse en el pié cuando vio a una hembra gorila ayudar a levantarse a Mathew, lo más insólito de la escena es que mientras lo ayudaba a incorporarse le hablaba en inglés bastante correcto aunque con un extraño acento: “Usted debe ser el hijo del profesor  Kirk, ¿no es cierto?”  ¡La gorila... hablaba!
Mathew observaba a la gorila con los ojos abiertos como platos y una expresión de total desconcierto en su cara sin saber que decir cuando de repente un hombre vestido con harapos y unas largas melenas y barbas plateadas apareció y gritó con júbilo: “Matt hijo! Que bueno que hayas llegado! ¿No te parecen increíbles? ¡yo mismo los he educado!  Ya estan preparados para salir de las montañas,  ¡tengo ganas de ver la cara que pondrá la reina en Londres cuando le hablen!

-Pero... ¡padre!.... – solo acertó a decir Mathew - Londres ya no existe- y observaba como se acercaban muchos más gorilas parloteando entre ellos.