GIUSEPPE GARIBALDI, CAZADOR DE MORLOCKS

El joven Giovanni Maria Mastai Ferretti, a la tierna edad de 10 años, tuvo su primera premonición, era el noveno hijo del conde Girolamo Mastai Ferretti, y la ilusión de su padre era que entrara a formar parte de la Guardia Noble de la Santa Sede. A la vista de su instructor, el joven Giovanni había tenido un episodio de epilepsia, lo que le impedía ser miembro de esta guardia. Como las premoniciones que le seguirían, todas aparecían poco nítidas y enigmáticas, pero todas acertaban en sus pronósticos. La familia Mastai Ferretti, obligo al joven Giovanni a ocultarlo y a guardar su don en secreto.

En 1819 fue ordenado sacerdote, y su carrera eclesiástica llego a su cumbre el 16 de junio de 1846 cuando, la fumata blanca hacia llegar la noticia que él ya conocía: El conclave le había elegido como nuevo Papa. Seria recordado como Pío IX. Cuando se retiro a sus aposentos, tuvo otra premonición: él seria el último Papa de los Estados Pontifícios. 

Como en las otras premoniciones, tenia que encontrar la razón y visualizar el mensaje, que había tenido, y llego a una conclusión: “El apocalipsis llegaría al mundo, y con él, el final.” Nunca se había opuesto a una visión, ni había intentado cambiarla pero esto era distinto. En secreto se reunió con los mejores ingenieros europeos y estableció un plan, que llamó ARCA DE NOÉ. 

La revolución de 1848, hizo paralizar las obras que se realizaban en secreto en las catacumbas del vaticano, pero en 1850, a su regreso, ya podía empezar su segunda parte del plan. Mando construir una cúpula de acero de 3 milímetros encerrando dentro la Basílica de San Pedro, y protegiendo así la única entrada al Arca de Noé. Fue terminada en 1864 justo antes de ser anunciado el cambio de dirección del cometa y la más que posible colisión con la Tierra. 

El Papa Pío IX, junto a sacerdotes, monjas, monjes, los 110 miembros de la guardia suiza, y dos ejemplares de animales de cada una de las razas que consiguió comprar para este propósito, se encerraron dentro del ARCA. En la única puerta que deba al exterior, se podía leer: “Y dijo Yahve: "Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho."

Durante el principio de la anegación, no falto día en que algún ciudadano no aporrease la puerta, maldijese, o suplicase para su entrada, pero del Arca nunca salió ruido que pudiera identificarse como que allí dentro había alguien. La anegación pasó, pero entonces empezaron las erupciones. Cinco volcanes mostraron su brutal fuerza a la vez. El Vesubio, Estrómboli, Vulcano, Etna y Cimino, este último levantó tal cantidad de cenizas, que Roma ya sumergida quedo también, sepultada bajo estas. Pero la muerte no llego en forma de fuego y lava, aunque nadie podía dudar de que el infierno ahora estaba en la Tierra. Oleadas de refugiados se dirigieron al norte de Italia, quedando pocos en el centro y sur del país. 

Giuseppe Garibaldi
Garibaldi desde una de zonas menos castigadas por las erupciones, consiguió reunir dos mil camisas rojas con los que pretendía ayudar a los ciudadanos, de los cuales no se sabía nada. Garibaldi llego sin problema hasta L’Aquila, donde en todas las calles encontró levantadas barricadas que bloqueaban el paso he impedían el acceso a las casas. Parecía que allí se había librado una batalla, pero no se veía ni un solo cadáver. Después de toda la mañana, solo encontraron un solo superviviente, un Sargento Suizo que estaba encerrado dentro de una habitación en la Rocca un fuerte español del s.XVI, al que el miedo le había comido la razón. Lo único que pudieron sacarle fue “More locks, More locks”. Esa noche, la Rocca fue atacada por unas criaturas entre hombres y bestias, y de esta forma entendieron a lo que se enfrentaban. Estaban por todas partes, se escondían en lugares oscuros y aparecían al anochecer. En honor a ese superviviente, fueron llamados Morlocks. 

Garibaldi estableció una cruzada para erradicar a esas criaturas y sacarlas de su ahora unificada y casi deshabitada Itali, y lideró a los camisas rojas hasta su muerte en 1882. 
Las ciudades italianas que sobreviven están amuralladas y la defensa de estas contra los Morlocks empieza cada anochecer. Los camisas rojas, son los encargados de defender las pocas ciudades que se han podido salvar, junto a grupos de voluntarios de cada ciudad liberada. Poco a poco, muy poco a poco, se va recuperando territorio, pero alejarse de las ciudades es peligroso si llega la noche.

Morlocks
En 1890 cerca de la ciudad de Módena, en la cordillera de los Apeninos, dos jóvenes, rubios, fueron encontrados uno era un tal Eloi Rudolf, soldado de la Guardia Suiza y la otra era Sor Eloïse Werner, monja claretiana. La extraña pareja afirmaron que habían entrado con el Papa Pío IX en el ARCA, y después de grandes esfuerzos, escapado de esta, cruzando media Italia, por túneles naturales. Los "Elois" que es así como la prensa les llama, cuentan que en el vaticano cada día se lucha para defender los últimos vestigios de la cristiandad, contra las hordas de las bestias malignas del "infierno".

 
La noticia de los túneles naturales, apoya la historia del profesor Axel Lindenbrock, y deja la teoría de la tierra hueca en boca de todos los científicos. También consigue que el resto de Europa se pregunte ¿Cuanto tardaran los Morlocks en llegar hasta nosotros?