LA GUERRA DE ALASKA


La reconstrucción en los Estados Unidos de América fue dura. La industria y grandes ciudades estaban situadas en la costa así como la mayoría de población. Y el interior era fundamentalmente rural, y en muchos casos llenos de comunidades de inmigrantes cerradas.

Cuando los blancos de los Estados confederados empezaron a llegar con las noticias de rebeliones de esclavos y de un país libre para los negros, el rumor se extendió entre la población negra de los Estados Unidos y estos empezaron a viajar hacia el sur, abandonando sus puestos de trabajo. En un abrir y cerrar de ojos los Estados Unidos habían perdido una gran cantidad de obreros y además los más baratos, lo que implicaba que la reconstrucción iba a ser más larga de lo que creían.

En 1967 se firmó el acuerdo con Rusia para comprar Alaska, no era el mejor momento, pero ya estaba demasiado encarrilado para no finalizarlo. Este acuerdo supuso perder una buena parte de la liquidez del Estado, y que no se pudiera invertir tanto en la reconstrucción como se habría querido. Lo que nunca imaginaron es que Rusia sufriera una revolución e invadiera Alaska 5 años después. La invasión cogió al presidente Andrew Johnson justo después de ganar las elecciones instalándose en el nuevo palacio presidencial de Pittsburg, la nueva capital.

Los Estados Unidos no tenían una fuerza importante en Alaska y los rusos pudieron invadirla con facilidad. Equipar un ejército completo les privó de una buena parte de sus recursos y mano de obra y se debió optar por una solución innovadora. Utilizar unos nuevos robots mineros los Smokeys para suplir a soldados.

El general Ulysses S. Grant dirigió el intento de reconquista de Alaska, pero los rusos conocían mejor el terreno, tenían más hombres y estaban mejor posicionados, y muchos de los soldados sabían que de ganar el territorio podrían instalarse en esa tierra ahora que casi toda la parte europea de Rusia estaba bajo las aguas.

Los Smokeys demostraron ser un buen elemento bélico eliminando a un número muy elevado de soldados rusos , aunque la poca versatilidad de rodillos les limitaba bastante las posibilidades. Pese a eso colocados en lugares estratégicos conseguían que un numero reducido de soldados pudiera enfrentarse a uno mayor con opciones de victoria. Las posibilidades militares de estos nuevos ingenios eran grandes.

Pese a todo los Estados Unidos perdieron la guerra. El invierno de Alaska acabó afectando a los Smokeys, y a los soldados, y los rusos, acostumbrados a climas tan duros aprovecharon la debilidad Americana, cortando líneas de suministro y provocando que compañías enteras de americanos murieran congelados. En 1873, cuando las bajas se dispararon, el presidente Johnson tuvo que firmar la rendición y el ejército estadounidense tuvo que abandonar Alaska. Se perdió el dinero gastado en su compra como compensación de guerra.


La reconstrucción avanzó más lentamente de lo deseado debido a la falta de mano de obra y las bajas del frente, y se tuvieron que retrasar bastantes proyectos como la construcción del ferrocarril entre los dos océanos, o colonizar el centro y el oeste del país, en manos de los indios. Lo principal en ese momento era acabar de reconstruirse.